Si hay algo que Alejandro Fernández nos ha demostrado a lo largo de sus casi cinco décadas es que le gusta vivir la vida. Así lo ha vuelto a hacer durante el festejo de la boda de su hija Camila con Francisco Barba.
La parejita, que tan solo llevaba 9 meses de noviazgo, se ha dado el 'Sí, acepto' este sábado en una ceremonia de ensueño. El cantante ejerció de orgulloso padrino vestido de charro y se mostró muy emocionado de llevar a su hija de la brazo al altar.
Pero como suele ocurrir después de la unión eclesiástica, toca la parranda y esa también estuvo llena de anécdotas y momentos únicos. Con nuestro querido Ale, el rey de la fiesta, no podía ser de otra manera. Feliz por tratarse de uno de los días más felices de Camila, cantó, bailó y disfrutó de principio a fin.
Como era de esperar, el cantante interpretó para los novios una de las joyas de su repertorio, "Amor de dos", con el que deleitó a los allí presentes. Tampoco faltó el emotivo baile entre padre e hija que emocionó hasta las lágrimas a los invitados por la complicidad que ambos desprendían.
Además de acompañar a Camila en la pista, Alejandro también se dejó llevar con la gracia y el salero que le caracterizan dando todo en este día que quedará por siempre grabado en su corazón.
La celebración ha causado todo tipo de reacciones. Mientras que muchos aplauden esta fiesta del amor y han felicitado a la familia, otros critican que muchos de los invitados no llevaran tapabocas. El artista no ha reaccionado a dichos comentarios que circulan por la red. Nadie le va a amargar, a menos por ahora, la felicidad de haber visto a su hija en el altar.
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